Vol. 4 Núm. 2 (2022): Abril-Junio
Artículos

“Escuela Industrial Álvaro Obregón “Una relación discreta con la industria regiomontana

Susana Julieth Acosta Badillo
UANL

Publicado 2022-09-01

Palabras clave

  • Escuela Álvaro

Cómo citar

Acosta Badillo, S. J. (2022). “Escuela Industrial Álvaro Obregón “Una relación discreta con la industria regiomontana. Revista Bitácora, 4(2), 3–18. Recuperado a partir de https://revistabitacora.uanl.mx/index.php/rb/article/view/63

Resumen

Segunda relación: desencanto La “Álvaro Obregón” inició labores sin parte de la maquinaria instalada y con austeridad en ciertos
materiales, pero aquello no resultó mayor agravio pues el propio alumnado con guía del profesorado fabricó los materiales faltantes, instaló la maquinaria y vendió a diferentes talleres e industrias menores de la ciudad herramientas fabricadas en la escuela; así se subsidió durante sus primeros años y pronto, el autofnanciamiento se volvió una costumbre y única alternativa al presupuesto estata

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.

Citas

  1. Sobre la organización de la UNL véase Lydia Espinosa Morales, La creación de la Universidad de Nuevo León 1931-1933, Monterrey, Centro de Documentación y -Archivo Histórico de la UANL, 2013. - Archivo del Honorable Consejo Universitario (AHCU), Acta de Consejo no. 3, año escolar 1932-1933/1, p.1. - HCABU, El Porvenir, Monterrey, Nuevo León, 21 de diciembre de 1933, p. 8. - AGENL, Fondo Construcción de Escuelas, s.f. - AGENL, Memorias de Gobierno, Informe de Gobierno de Anacleto Guerrero 1936-1937, s.n. - Humberto Monteon González, El IPN: proyecto educativo revolucionario del cardenismo”, en Historia del Politécnico realizada en el Proyecto de Estudios Sociales, Tecnológicos y Científcos del Instituto Politécnico Nacional, México, Instituto Politécnico Nacional, 2015, p. 6. -En 1940 se barajeó otra posibilidad para concentrarla con las escuelas técnicas que funcionaban en Torreón y Tampico. El CCS designó el 3 de enero de 1940 una comisión encabezada por el director Juan Manuel Garza Lozano, encargada de estudiar el asunto y de tener un cambio de impresiones con el abogado consultor del gobierno del Estado. En actas del Consejo no se encuentra referencia del seguimiento dado a esta propuesta, no obstante se destaca como un intento importante de fusionar o articular las escuelas técnicas enclavadas en puntos estratégicos del país; la primera de índole ferroviaria, la segunda petrolera y la “Álvaro Obregón” en la zona industrial siderúrgica, en una especie de gran centro politécnico del noreste del país como parte de la política de fundar escuelas politécnicas regionales en diversas partes de la República. -AGENL, Fondo Educación, Sección Escuela Industrial “Álvaro Obregón”, caja no. 1 1927-1935, s.f. -Javier Rojas Sandoval y María Elena Rodríguez, “La industria siderúrgica en Monterrey: HyLSA (1943-1985)”, en Monterrey, siete estudios contemporáneos, Monterrey, UANL, 1988, pp. 55-94. -AGENL, Memorias de Gobierno, Informe de Gobierno de Bonifacio Salinas Leal 1939-1940, s.n. En 1943 se gestionó ante ASARCO, como parte de estos apoyos, el donativo de uno de sus terrenos, entre Guerrero y Progreso, para la construcción de un inmueble para la Facultad de Ciencias Químicas, el cual fue subsidiado en su construcción y equipamiento por gobierno. -Ibid. -Para entonces la preparatoria seguía sin conexión con las facultades del CCS y el alumnado deseoso de continuar su formación tenía que emigrar a otras ciudades con escuelas su periores de Ingeniería, esto a pesar de la existencia de la Facultad de Ingeniería Civil en el Estado. Este problema añejo se resolverá en primera ocasión en 1947 con la creación de la Escuela de Ingeniería Mecánica y Eléctrica que surge precisamente en el seno de la “Álvaro Obregón”, para pocos años después ser elevada a facultad independiente. Asimismo, en 1966 se aprobará en Consejo Universitario el derecho de los egresados de la Escuela Industrial de ingresar a las facultades de Ciencias Físico-Matemáticas, Ingeniería Civil, Arquitectura, Agronomía y Ciencias Químicas. Como otra alternativa para jóvenes con mejores ingresos o con oportunidad de beca, el Tecnológico de Monterrey también fue una opción para los egresados a partir de su creación en 1943. -Marcos Cantú Silva, Susana Marroquín y Sergio Loredo, Escuela Industrial y Preparatoria Técnica “Álvaro Obregón” 75 aniversario, Monterrey, UANL, 2005, p. 37. -César Salinas, “La primer década del Tecnológico de Monterrey: El respaldo fnanciero de la iniciativa privada a la educación superior (1943-1953)”, en Centro Eugenio Garza Sada Blog. Recuperado de https://centroegs.wordpress.com/2015/09/04/la-primera-decada-del-tecnologico-de-monterrey-el-respaldo-fnanciero-de-la-iniciativa-privada-a-la-educacion-su perior-1943-1953/ - Véase César Morado Macías, Del proyecto socialista al de Unidad Nacional. La funcionalidad de la Universidad de Nuevo León y el rectorado de Enrique C. Livas (1943-1949), Mon terrey, UANL, 2007. - Ricardo Elizondo Elizondo, “El Tecnológico de Monterrey. Crónica desde su fundación hasta 1987”, en La Industrialización del segundo auge industrial a la crisis de 1982, Monterrey, Fondo Editorial de Nuevo León, 2007, p. 112. - La empresa del Tecnológico también tuvo sus difcultades presupuestales, aunque no tan graves como la UNL, pero todo défcit inicial fue cubierto por Cervecería Cuauhtémoc que veía al Tecnológico como una inversión. Después, los afamados Sorteos del Tec fueron una excelente fuente de ingresos para cubrir gastos de mantenimiento y el programa de becas, además del cobro de cuotas elevadas, detalle impensable en la Universidad de entonces. - AHCU, Acta de Consejo no.12, año escolar 1945-1946/9, p. 3 - El 18 de julio de 1950, el periodista Federico Gómez publicó en El Porvenir el texto “Señor Presidente ¡Nuestra Universidad!”, donde aseveró que un docente universitario percibía un salario raquítico de 120 pesos mensuales, mientras que uno del Tecnológico percibía uno de mil 600 pesos mensuales, una diferencia abismal que sustenta la salida grupal de varios profesores de las escuelas universitarias. - Gabriela Recio Cavazos, Don Eugenio Garza Sada. Ideas, Acción, Legado, Monterrey, Editorial Font, 2016, p. 192. - HCABU, El Porvenir, Monterrey, Nuevo León, 12 de octubre de 1945, p. 6. - En palabras de Federico Gómez en su texto citado del 18 de julio de 1950. También dijo que de enlistar todas las consideraciones sobre la inferioridad de la Universidad frente al Tecnológico, “nunca acabaríamos”. - HCABU, El Porvenir, Monterrey, Nuevo León, 16 de diciembre de 1947, p. 22. - Véase la autobiografía de Manuel L. Barragán, Fue por México, Monterrey, Edición privada, 1968. Es necesario señalar que de todos los miembros del Patronato, entre sus dos comi siones, Barragán fue el vocero principal y a la muerte de Rocha en 1961, asumió la presidencia. Se mantuvo como presidente hasta el año de su muerte en 1980, con un periodo de ausencia entre 1967 a 1973, a raíz de que su yerno Eduardo A. Elizondo fue gobernador del Estado en parte del intervalo mencionado (1967-1971) y para evitar controversia, solicitó ausencia temporal como presidente del organismo. - HCABU, Vida Universitaria, Monterrey, Nuevo León, 28 de marzo de 1951, 1. - Centro de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados, Informes presidenciales de Miguel Alemán Valdés, Compilación (disponible en línea), p. 156. - Raúl Rangel Frías, “La Jornada Universitaria”, en Obras Completas, Tomo III, Monterrey, UANL, 2013, p. 200. - Sobre la CUNL, el Patronato gestionó algunos descuentos y facilidades de pagos entre varias constructoras y productoras de materiales, y la Fundidora de Monterrey donó hasta 3 17 millones de pesos entre materiales y dinero, siendo la empresa de mayor apoyo para la cruzada por la CUNL. Fuera de Fundidora, el apoyo de la IP para la CUNL no fue el esperado y los Sorteos de la Siembra Cultural fueron prácticamente la única fuente de ingresos. En 1961, Rangel Frías reclamó aquella pobre respuesta por parte del sector privado al decir que solo recordaba como “un grupo de personas encabezadas por Manuel L. Barragán, Joel Rocha, Federico Gómez, Rogelio Cantú y otros excelentes amigos de la Universidad, respondieron al desolador panorama organizando una institución denominada ‘Patronato Universitario’”. Los “otros excelentes amigos” eran únicamente Carlos I. Guajardo, empresario de plantas embo telladoras de reconocidos refrescos como Pep, Del Valle y Barrilitos, que donó el edifcio de Filosofía y Letras, y Luis Elizondo, de la planta galvanizadora de lámina La Florida, de Tubería Nacional y socio de la empresa de entretenimiento Atracciones Mundiales S.A. (AMSA), que donó el edifcio de Ingeniería Mecánica y Eléctrica. Fuera de aquellos nombres, la CUNL se fnanció entre sociedades de alumnos, los sorteos y el gobierno del Estado, porque la Federación igualmente respondió pobremente a la solicitud. La carta de Rangel se publicó en El Norte el 11 de mayo de 1961, 9-A. -HCABU, Vida Universitaria, Monterrey, Nuevo León, 5 de marzo de 1958, pp. 1 y 11. - HCABU, El Porvenir, Monterrey, Nuevo León, 17 de marzo de 1969, 1-B. - HCABU, El Porvenir, Monterrey, Nuevo León, 11 de febrero de 1974, 1-B. - Peña, Consuelo. La Revolución en el norte. Puebla: Editorial periodística e impresora de Puebla, S. A., 1968. - Salmerón, Pedro. Los carrancistas. La historia nunca contada del victorioso Ejército del Noreste. México: Ediciones Culturales Paidós, 2010. - Vela, González Francisco. Diario de la Revolución. Tomo I. Monterrey: Patronato Universitario de Nuevo León, 1971. - Villarreal, Carlos Liberato. «María del Peublito Cárdenas Villarreal. Maestra revolucionaria orgullosamente hidalguense.» Bitácora: la nueva era-UANL 1, nº 1 (2019): 30-33. -Womack Jr, John. Zapata y la Revolución mexicana. México: Siglo XXI Editores, 1974. - Zárate, Griselda. Revolucionarios en el exilio. Andrea, Teresa y Antonio I. Villarreal (1904-1911). México: INERHM/Fondo Editorial de Nuevo León, 2019